En verano siempre tratamos de ponernos morenos exponiéndonos al sol las horas que hagan falta para broncear nuestra piel en el menor tiempo posible, lo que nos resulta de esta acción es que nos dañamos la piel quemándola, acelerando el envejecimiento y aumentando las posibilidades de desarrollar algún tumor cutáneo, no tenemos en cuenta que cuanto mas dañemos nuestra piel con quemaduras solares, antes la envejeceremos ya que esos daños solares son acumulativos a través de los años.
Bueno sabiendo esto debemos tomar ciertas precauciones y mucho mas aun en el mes de agosto.
Lo primero que debemos evitar es tomar el sol en las horas centrales del día, es decir en el periodo comprendido entre las 12 del medio día hasta las 5 de la tarde aproximadamente.
Lo siguiente es aplicarnos un protector adecuado a cada piel, por supuesto es sabido que cuanto mas blanca es tu piel mayor protección has de ponerte, aplícala con la piel limpia y seca de agua o sudor, aproximadamente una media hora antes de la exposición al sol y aunque tu protector sea resistente al agua, cada vez que te des un chapuzón deberás volver aplicarla, no olvides ninguna parte del cuerpo como el empeine del pie o las orejas.
Con todo esto tendremos un bronceado mas lento quizás pero mucho mas protegido y evitando que tu piel sufra quemaduras, tumores, manchas y no correrás el riesgo de envejecerla antes de tiempo.
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